¿Cómo explicar la COVID-19 a los niños?

Los temas a discutir con los niños, dependiendo de su edad y capacidad de respuesta, son : ¿Qué es un virus? ¿Cómo se adquiere? ¿Qué le hace al cuerpo humano? ¿Cuánto tiempo dura? ¿Cuáles son las medidas que se deben tomar para protegerse a sí mismo y a los demás?

También es importante señalar a los niños que este virus es más peligroso para los adultos que para los niños, ¡Pero que todos juntos lo derrotaremos!

No dude en decirles que hay muchas incógnitas sobre el coronavirus del SARS-CoV-2 y que hasta la fecha nadie puede predecir el resultado de la epidemia, que depende en particular del comportamiento de todos nosotros.

Lo más importante es hablar a los niños con sinceridad, honestidad y confiar en nuestra capacidad de encontrar las palabras más apropiadas para su edad, nivel de comprensión y nivel de preocupación.

Sus preocupaciones están perfectamente justificadas en estos tiempos complicados, acéptalas. Siempre es bueno verbalizar tus emociones a tus hijos de una manera apropiada para su edad, mientras explicas cómo los está tratando. Expresa tus temores: "Mamá a veces tiene miedo o está triste porque mucha gente está enferma" y encuentra soluciones alternativas: "Los parques infantiles se cierran por precaución, para que no nos transmitamos la enfermedad COVID-19 de unos a otros". ¿Por qué no damos un paseo afuera y tomamos un poco de aire fresco?"

Los niños sienten fuertemente las emociones y especialmente las sensaciones de estrés de los adultos. Incluso si los niños no expresan su ansiedad directamente/verbalmente, su angustia puede expresarse de otras maneras, como pesadillas o problemas de comportamiento como la aparición de actitudes agresivas.

Escucha a tus hijos mientras hablan sobre su percepción de la crisis y sus emociones. Los niños pequeños pueden lidiar con sus emociones a través de juegos de rol o imaginativos, lo cual es perfectamente normal y algo que debe ser fomentado.

En el caso de los niños, debemos estar atentos y vigilar o comentar las fuentes de información, como la televisión o Internet ya que pueden provocar ansiedad, exagerar o incluso falsificar.

Para los preadolescentes y adolescentes, la crisis que estamos experimentando puede ser una oportunidad para examinar críticamente las noticias sensacionalistas confrontándolas con fuentes de información fiables.