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¿Cómo nos influyen nuestros prejuicios cognitivos durante la epidemia de COVID-19 ?

Texto actualizado el 2020-11-09


A pesar de nuestro deseo de ser objetivos, racionales, la forma en que percibimos y analizamos el mundo que nos rodea está sesgada. Sin ser consciente de ello, el cerebro no procesa objetivamente la información que recibimos. Esto se llama sesgo cognitivo. En el contexto de la epidemia de COVID-19, ciertos sesgos cognitivos pueden haber influido en nuestro comportamiento para minimizar la crisis de la COVID-19. He aquí una selección, necesariamente arbitraria y no exhaustiva, de los sesgos cognitivos que seguramente influyeron en nuestra percepción y en las decisiones tomadas durante la crisis.

En la actualidad no disponemos de la retrospectiva necesaria para evaluar el impacto de los sesgos cognitivos en la percepción y la gestión de la crisis, y sería muy difícil desde el punto de vista metodológico atribuir un acto específico (por ejemplo, no cerrar escuelas) a un determinado sesgo (como un sesgo de optimismo por parte de tal o cual líder). Sin embargo, se ha demostrado a través de muchos experimentos de psicología experimental y de neurociencia que ciertos sesgos son particularmente relevantes para explicar el comportamiento humano.

1. Sesgo de crecimiento exponencial

Uno de los sesgos que puede tener mayor impacto en la gestión de la crisis sanitaria, tanto a nivel de los órganos de gobierno como de los individuos, es el sesgo de crecimiento exponencial. Nuestro cerebro está optimizado para sumar y procesar el crecimiento lineal, no para procesar el crecimiento exponencial. Sin embargo, cuando un individuo contagioso infecta a varias personas, que a su vez pueden infectar a varias personas, el número de casos aumenta exponencialmente. Este sesgo nos lleva a subestimar la velocidad de propagación del virus cuando la curva es exponencial. Ya sea que la información disponible sea numérica o visual, los individuos perciben erróneamente el crecimiento exponencial del virus en términos lineales.

2. Sesgo de pertenencia o endogrupal

Este sesgo caracteriza el hecho de que, en general, se considera que los miembros de un grupo (familia, amigos) son más dignos de confianza, más competentes, etc., que los que no lo son. Cuanto más cercanos estén los miembros del grupo entre sí (por ejemplo, padres, abuelos), más fuerte será este efecto. En el contexto de la pandemia de la COVID-19, existe la idea equivocada de que nuestros hijos tienen menos probabilidades de ser contagiados por el SARS-Cov-2 e infectarnos a nosotros, o a sus abuelos, que los extraños.

3. Sesgo de optimismo

Los humanos tienden a ser irracionalmente optimistas, y esto tiene varias implicaciones:

Cuando aprendemos nueva información, la integramos más fácilmente si está a nuestro favor en vez de a nuestra contra. Por ejemplo, si un individuo estima inicialmente el riesgo de tener una forma severa de la COVID-19 en un 40% y se le dice que el riesgo es "sólo" un 30%, le resultará mucho más fácil recordar la nueva cifra que si se le hubiera dicho que el riesgo era del 50%.

Esta asimetría en el tratamiento de la información a nuestro favor contra la información en nuestra contra aumenta el riesgo que asume la COVID-19. Este sesgo puede llevarnos a creer erróneamente que estamos más protegidos que otros contra la COVID-19 o que es menos probable que estemos gravemente enfermos debido a la COVID-19. La idea de que el SARS-CoV-2 es principalmente un peligro para los demás puede conducir al incumplimiento de las directrices de salud.

Este sesgo puede explicar en parte por qué los países de Europa y América del Norte, entre otros, no se sintieron inmediatamente preocupados por la epidemia cuando se estaba propagando a China en un momento en que había un considerable flujo humano en todo el mundo.

Finalmente, este sesgo es seguramente responsable en parte de una cierta laxitud en el respeto de los gestos de barrera durante el verano. A pesar de la fuerte propagación del virus, las formas graves eran menos frecuentes, lo que podría sugerir erróneamente que el coronavirus era menos virulento. La disminución de las formas graves el pasado verano de 2020 se relacionó en realidad con la edad (más joven) de las personas infectadas y el hecho de que la vida de verano en el exterior redujo la carga viral infecciosa y no con la disminución de la virulencia del coronavirus. Vea la pregunta ¿La gravedad de la enfermedad COVID-19 depende de la dosis de virus recibida?

4. Sesgo de confirmación

Este sesgo conduce a una mayor sensibilidad a los elementos que confirman nuestras creencias o hipótesis, y a una menor sensibilidad a los que las invalidan. 

Por ejemplo, si una persona piensa que el uso de mascarilla no ayuda en la lucha contra la propagación del coronavirus del SARS-CoV-2, tenderá a ser preferentemente sensible a los hechos que apuntan en esa dirección y no considerará los hechos que demuestren lo contrario. Por consiguiente, puede centrarse en el hecho de que se han producido tantas muertes en un país que ha hecho obligatorio el uso de mascarilla como en otro que no ha hecho obligatorio el uso de la mascarilla, sin tener en cuenta otros posibles factores explicativos como la densidad de población, los hábitos culturales, la edad de la población o los factores de comorbilidad. 

5. Sesgo de disponibilidad

Nuestra estimación de la probabilidad de un evento está sesgada por la facilidad con la que se nos ocurre. Si un evento viene fácilmente a la mente, lo estimamos como probable, a diferencia de un evento para el cual no tenemos ejemplos en mente. En el caso de la epidemia de COVID-19, si no conocemos a nadie que esté enfermo, es posible que subestimemos la prevalencia de la enfermedad y sea menos probable que sigamos las pautas de salud.

La subestimación del riesgo para las personas que no han experimentado una enfermedad grave es especialmente relevante hoy en día para la pandemia de COVID-19. Las personas de bajo riesgo, conocidas como "jóvenes e invencibles", suelen subestimar su posible contribución al riesgo de transmisión de enfermedades y su impacto en la población porque no hay casos graves en su entorno.


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Fuentes

Introducción al sesgo de optimismo.

Jefferson, A., Bortolotti, L., & Kuzmanovic, B. (2017). What is unrealistic optimism?. Consciousness and Cognition, 50, 3-11.

Este estudio refleja que podemos sobrestimar nuestras ganancias en un juego al azar basándonos en nuestra historia pasada.

Langer, E. J., & Roth, J. (1975). Heads I win, tails it's chance: The illusion of control as a function of the sequence of outcomes in a purely chance task. Journal of Personality and Social Psychology, 32(6), 951–955.

La gente se evalúa a sí misma más positivamente que la mayoría de las demás personas: este es el efecto "estoy por encima de la media".

Brown, J. D. (2012). Understanding the better than average effect: Motives (still) matter. Personality and Social Psychology Bulletin, 38(2), 209-219.

Descripción del sesgo de optimismo.

Weinstein, N. D. (1980). Unrealistic optimism about future life events. Journal of personality and social psychology, 39(5), 806.

Este estudio muestra que actualizamos nuestras creencias más en respuesta a la información positiva que en respuesta a la información negativa para nosotros. Los más optimistas muestran una falta de actualización selectiva y una disminución de la codificación neuronal de la información no deseada sobre el futuro.

Sharot, T., Korn, C. W., & Dolan, R. J. (2011). How unrealistic optimism is maintained in the face of reality. Nature neuroscience, 14(11), 1475–1479.

En un estudio se pidió a los participantes que estimaran la frecuencia con que una determinada letra (por ejemplo, "K") se encuentra en la primera o tercera posición de una palabra en el idioma inglés. Los sujetos tendían a calificar la primera posición como más frecuente para la mayoría de las cartas presentadas, mientras que todas ellas eran más frecuentes en la tercera posición. Esto se debe a que los tipos de palabras que vienen a la mente con mayor facilidad son los que comienzan con una "K": por lo tanto, se consideran más frecuentes.

Tversky, A., & Kahneman, D. (1973). Availability: A heuristic for judging frequency and probability. Cognitive psychology, 5(2), 207-232.

El experimento de la lenteja de agua en un estanque revela nuestra subestimación del crecimiento exponencial.

Wagenaar, W. A., & Timmers, H. (1979). The pond-and-duckweed problem : three experiments on the misperception of exponential growth. Acta psychologica, 43(3), 239-251.

Este estudio muestra que tendemos a ser preferentemente sensibles a los hechos que son consistentes con nuestras creencias y no considerar los hechos que prueban lo contrario.

Beattie, J., & Baron, J. (1988). Confirmation and matching biases in hypothesis testing. The Quarterly Journal of Experimental Psychology, 40(2), 269-297.

Estudio realizado en Estados Unidos en marzo de 2020 sobre cómo perciben los individuos el crecimiento exponencial del número de personas infectadas por el SARS-CoV-2. Los autores muestran que los individuos subestiman el crecimiento exponencial del número de personas infectadas y lo perciben como un crecimiento lineal en lugar de exponencial. Los autores miraron los resultados de acuerdo con la orientación política de los individuos. Encontraron que este sesgo es aún más pronunciado entre los republicanos - cuyo líder D. Trump mostró escepticismo sobre la epidemia de COVID-19. Estos resultados muestran que las opiniones de los dirigentes políticos también pueden influir en la forma en que los individuos perciben el medio ambiente y ponen de relieve el peligro de que personas influyentes reduzcan al mínimo la epidemia de COVID-19 .

Lammers, J., Crusius, J., & Gast, A. (2020). Correcting misperceptions of exponential coronavirus growth increases support for social distancing. Proceedings of the National Academy of Sciences, 117(28), 16264-16266.

Este estudio muestra el efecto del sesgo endogrupal.

Tajfel, H., Billig, M. G., Bundy, R. P., & Flament, C. (1971). Social categorization and intergroup behaviour. European journal of social psychology, 1(2), 149-178.

Para profundizar

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