¿Qué habría pasado en Francia en diciembre de 2021 y enero de 2022 sin la vacuna?

Unos cálculos sencillos, basados en el número de casos entre personas no vacunadas en diciembre de 2021 y enero de 2022, dan una idea aproximada de lo que la vacuna ha evitado.

Entre los adultos no vacunados de 20 años o más, durante diciembre de 2021 y enero de 2022, la epidemia causó 1.158 muertes, 1.899 hospitalizaciones en cuidados críticos y 7.437 hospitalizaciones convencionales por millón de personas (Ver pregunta ¿Qué dicen las cifras de Francia sobre la eficacia de la vacuna?). Aplicando estas proporciones a toda la población de 20 años o más (51 millones de personas), se puede estimar que si ninguna de las personas infectadas durante este periodo se hubiera vacunado, el número de muertes y de hospitalizaciones convencionales se habría quintuplicado, y el número de hospitalizaciones de cuidados críticos se habría multiplicado por seis. Se trata de subestimaciones, porque sin la vacuna, el número de personas infectadas habría sido sin duda mucho mayor, ya que la vacuna también limita la transmisión del virus. Y estas cifras también pueden estar sobrevaloradas, ya que es posible que, ante el creciente número de enfermos de la COVID-19 , la población haya podido cambiar su estilo de vida, reducir sus interacciones sociales o recluirse, y así limitar la propagación del virus.

Además, con un nivel de carga tan elevado para el sistema hospitalario (más del doble de ingresos diarios en cuidados críticos que el pico de la primera oleada en marzo de 2020), también cabe temer graves daños colaterales adicionales. En cualquier caso, este sencillo cálculo da al menos una idea de lo que hemos evitado con la vacunación.

Por el contrario, si todas las personas de 20 años o más se hubieran vacunado antes de diciembre (incluso sin refuerzo), se habrían salvado 3.460 vidas (el 30% del total de muertes relacionadas con la COVID-19 durante esos dos meses), y el número de ingresos en cuidados críticos y convencionales se habría reducido en un 43% y un 28% respectivamente. Esto supone un beneficio directo para las propias personas y sus familias, y un beneficio indirecto para todos aquellos (pacientes y cuidadores) que sufren la sobrecarga del sistema hospitalario.

En aras de la simplicidad, se ha presentado aquí un análisis global de la población adulta (de 20 años o más), sin tener en cuenta laheterogeneidad de los riesgos. Análisis más detallados, estructurados por grupos de edad, que no se explican aquí, confirman que, en ausencia de la vacunación, el número total de ingresos hospitalarios convencionales, de ingresos en cuidados críticos y de muertes habría sido al menos 4-6 veces mayor durante esos dos meses. Curiosamente, estos beneficios se observaron en todos los grupos de edad. En concreto, de los 81.600 ingresos en cuidados críticos que se evitaron gracias a la vacuna, el 44% correspondieron a personas menores de 60 años (y lo mismo ocurre con los ingresos hospitalarios convencionales).